«Los seres humanos nunca aprendemos las lecciones de la Historia”, dice Laurent Binet, el profesor de francés que se convirtió en una estrella literaria con sólo una novela, su primera: HHhH, con la que además ganó el Premio Goncourt en 2010.
El extraño título de la novela es el acrónimo de «Himmlers Hirn heißt Heydrich», que quiere decir: «el cerebro de Himmler se llama Heydrich”.
La entrevista se lleva a cabo en un salón del hotel Crowne Plaza en Monterrey. Estamos en la Feria Universitaria del Libro que organiza la Universidad Autónoma de Nuevo León, mejor conocida como UANLeer, y acaba de terminar la conferencia de prensa en la que el autor conversó en francés, por medio de un traductor, con periodistas locales y dos de la Ciudad de México: Mónica Mateos, de La Jornada, y quien esto escribe.
«Creíamos que después de la guerra nunca tendríamos partidos fascistas y políticas fascistas en ningún lugar del mundo, y aún así podemos ver, ustedes en Latinoamérica tienen sus propia historia, pero ahora en Europa tenemos partidos de extrema derecha muy bien posicionados».
Binet habla con La Libreta de Irma en inglés. Su dominio del idioma es bastante fluido, aunque cuando se emociona deja que lo traicione la pronunciación de las “r” y las “g” que lo distinguen como hablante nativo de la lengua francesa.
«En Hungría quedaron muy dañados después de la segunda guerra mundial, creo que después de Polonia fue el lugar en donde más judíos mataron y ahora tienen en el gobierno a un partido de extrema derecha”.
HHhH está basada en la vida de un personaje poco conocido pero clave durante la segunda guerra mundial: Reinhard Heydrich, el líder de la Gestapo.
“Mi padre es maestro de historia. Él me contó un poco acerca de esta historia cuando yo era pequeño, y luego, cuando tuve que hacer mi servicio militar -en esa época todavía había servicio militar en Francia- me enviaron a enseñar francés a Checoslovaquia».
Aunque su padre le había contado que unos partisanos de ese país habían matado a Reinhard Heydrich, Binet quiso saber más acerca de esa historia.
«La huída, la batalla en la iglesia, la pistola que se trabó. Todo era sorprendente, así que pensé: la voy a contar, porque no era una historia muy famosa en Europa occidental. Nos sonaba más familiar Himmler, el jefe de Heydrich o Eichmann, su subordinado, pero Heydrich no era una figura muy conocida».
Aunque se han contado miles de historias sobre la segunda guerra mundial, Binet considera que es un tema que sigue apasionando a los lectores.
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