“Si quieres recordar cómo era vivir en el mundo de los niños, tienes que ponerte de rodillas y vivir así durante una semana”, dijo alguna vez Roald Dahl (Cardiff, 1916-Oxford, 1990), según escribió Al MacCuish en la revista Campaign Live del Reino Unido.
Y es que, si alguien logró vivir en ese mundo, pensar cómo ellos, y por si fuera poco evidenciar los grandes defectos de los adultos fue Roald Dahl. Los Gremlins, Jim y el durazno gigante, Charlie y la fábrica de chocolate, Danny el campeón del mundo, La maravillosa historia de Henry Sugar, El gran gigante amistoso y, por supuesto, Mathilda, son ejemplos de cómo Dahl, de la mano del ilustrador Quentin Blake, escribió para que recordáramos esa visión de la realidad que alguna vez tuvimos y que si no hubiéramos dejado que no nos abandonara durante la edad adulta seguramente seríamos más felices.
Pero contradictorio, como es el mundo editorial, aunque la mayoría de sus historias fueron llevadas al cine con un gran éxito de taquilla, ningún título de Dahl llegó a la lista de los libros más vendidos en el Reino Unido hasta ahora, cuando The Great Mouse Plot, inspirado en sus memorias y editado como un homenaje por el Día Mundial del Libro, vendió 32,096 ejemplares sólo durante la semana de su lanzamiento, el 3 de marzo.
El Día Mundial del Libro es una celebración que se lleva a cabo cada año en el Reino Unido, y consiste en que los niños se disfrazan de sus personajes literarios favoritos y asisten a actividades diseñadas para promover la lectura; también pueden comprar los libros editados especialmente para esa fecha por el precio de ¡sólo una libra esterlina!
El libro de Dahl derrotó en el primer lugar de ventas nada menos que a El Escape, de la saga de Star Wars, escrito por Cavan Scott.
Si bien el padre biológico de Mathilda siempre renegó de ella, la pequeña lectora empedernida y telekinésica, hoy estaría más orgullosa que nunca de su padre espiritual.
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