Texto, fotos y video: Irma Gallo
“Ellos mismos sintieron que los estaban etiquetando para decir son unos escritores pop interesantes, que están aportando recursos juveniles a un nuevo público, pero no son grandes escritores”.
Juan Villoro considera que la crítica le debe algo a José Agustín. Así lo expresó esta mañana en entrevista previa al homenaje que el Instituto Nacional de Bellas Artes le hiciera al autor por los 50 años de su novela De perfil, que sin duda marcó un antes y después en las letras mexicanas.
“Yo creo que la crítica tiene todavía una tarea pendiente con José Agustín, sobre todo, que es el principal de estos autores, para analizarlo, no solamente como alguien que aportó un campo cultural diferente, relacionado con la cultura juvenil y la contracultura, sino también que es un extraordinario artífice del lenguaje, de las estructuras narrativas, búsquedas muy arriesgadas en sus novelas, sus cuentos, sus obras de teatro. Entonces hay también ahí un rezago pendiente por parte de la crítica, pero siempre ha contado con el favor de los lectores, eso es indiscutible: ha sido un autor muy defendido por quienes hemos aprendido a leer entre sus páginas y nos hemos formado en ellas”, agregó el autor de El testigo.
Al hablar de su relación personal con José Agustín, Villoro no dudó cuando dijo: “Es una de las personas que más han enriquecido mi vida; un hombre de una extraordinaria sencillez, un entusiasmo enorme, una energía realmente admirable. Entonces encontré en él esa rara paradoja de un gran escritor que es también una muy buena persona”.
José Agustín tenía 22 años de edad cuando escribió De perfil, dijo Rosa Beltrán, y contó que fue Huberto Batis, que era su maestro en la Facultad de Filosofía y Letras, quien le mandó leer Se está haciendo tarde cuando ella tenía 19:
“Me dijo: Para ser la escritora que yo creo que vas a ser, tú tienes que leer esta novela. Tienes que leer a José Agustín, De perfil, y tienes que leer Se está haciendo tarde. Yo conocí primero Se está haciendo tarde, la leí con trabajos, no sabía bien de qué se trataba, y cuando Batis me preguntó qué me había parecido le dije que me había gustado pero no sabía porqué, que ni siquiera sabía si era literatura, y lo que me había gustado era la forma en la que hablaba el protagonista, el narrador, los personajes, pero me parecía que se hablaba de algo que no tenía futuro, que no tenía sentido, que no tenía esperanza”, confiesa la autora de La corte de los ilusos.
“Entendí, después de leer De perfil, de qué se trataba, y sigo pensando que la propuesta de Agustín es básicamente una propuesta literaria”.
Enrique Serna, que también participó en el homenaje a esta novela y a su autor, afirmó que con su obra «liberó de complejos a la literatura mexicana”.
Apenas el viernes 19 de agosto, José Agustín cumplió 72 años de edad, por lo que la celebración fue por partida doble. Toda su familia acompañó al autor de Cerca del fuego.
Y aunque el público pedía a gritos la presencia de José Agustín ante los micrófonos, el autor de La tumba, de quien se sabe es tímido y no le gusta hablar en público, se retiró rápidamente al camerino de la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes para firmar ejemplares.
La fila de quienes esperaban que les firmara sus libros creció muy rápido.

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