Por Celia Gómez Ramos
I. Nuevo en el mundo
Me imagino una excavación mental, que inicia hurgando en primera persona.
Sin aviso alguno, ni sospecha, llega una segunda a tomar el control, y comienza a extraer con una cuchara de peltre, mi vida en recuerdos y olvidos; lo aprendido, incluso lo más remotamente guardado, y al final, como budín, mis sensaciones y cariños.
Todo es cuestión de emociones, fue lo último que entendí que dijo.
II. Exclusión
Hacer como que no sientes nada. Distante. Infranqueable. Sin emoción perceptible.
¿Cuánto tiempo debe pasar para aprender a vivir en el aislamiento? ¿Acaso en el vacío?
¿Qué preparación se necesita para conservar el coraje, la fortaleza de espíritu?
¿Qué se necesita para tener una gran coraza, para aguantar presión, para no sentirse rebasado y lograr sentir ese calor personal y reconfortante por el simple hecho de sabernos vivos?
El otro, siempre el otro; el requerido, que nos mira. Solos no existimos. Solos nos desdibujamos a nosotros mismos. Nos perdemos en el mundo de las cosas o de las ideas.
¿En qué nivel de pensamiento resolver el problema?
Tan devastador como morirse de un lugar y surgir en otro. Sin historia. Sin pasado. En apuesta.
III. Arritmia
Espacio, aire. Oxígeno.
Taquicardia que se vuelve temblor. Totalidad.
Espacio, aire. Oxígeno.

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