Por César Navarrete
La cigarra y el cigarro
La cigarra se enamoró del cigarro, y se volvió tan dependiente —¡se lamentaba
de que no podía dejarlo!— que, en el decurso, aquél la mató.
El hijo de la… cabra
Una cabra parió un cabrito. Éste creció, y se convirtió en lo que tenía que ser.
La soberbia de la insignificancia
Un ratón diminuto desprecia a una musaraña por su tamaño.
Seres despreciables como tú, como yo, también nos sentimos superiores a nuestros congéneres.

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