La tinta dorada y el tren. Entrevista a Jorge Alberto Gudiño


Por Irma Gallo

Foto de portada: Jorge Alberto Gudiño Hernández y Daniel Mordzinski. Foto: Facebook del autor

En 2010, además de dar clases, seguir conduciendo el programa radiofónico de literatura La Tertulia al lado de Mayra González, y de convertirse en padre de un hermoso niño de nombre Bastián (también al lado de ella, su cómplice y compañera de letras y de vida), Jorge Alberto Gudiño publicó su primer libro: Los trenes nunca van hacia el este. Esta es la entrevista que le hice a propósito de esta novela.
Sucede que Jonathan es un tipo totalmente incompetente para las cuestiones del amor, y en realidad casi para cualquier otra. Es alguien que desperdicia oportunidades cada vez que puede, y él se enamora de Allison y cuando necesita hablar con Allison o cuando necesita escribirle a Allison se da cuenta de que es incapaz de hacerlo.

Entonces necesita encontrar un instrumento para poder llevarlo a cabo, y de ahí que llegue a la pluma y a la tinta para poder escribirle y para poderle hablar.

En esta búsqueda por asirse a un recuerdo, por prolongar un contacto que apenas duró unos días, Jonathan Stoven-Wagnet, el protagonista de Los trenes nunca van hacia el este, descubre la alquimia que transforma el oro en un estado líquido en frío, para elaborar una tinta única, especial, y escribirle cartas que ella nunca llegará a leer.
Jonathan estaba convencido de que Allison tenía que ser de un color muy particular, bueno, no Allison, el color de la piel de la mujer que amar, tenía que ser de un color muy particular. Un color que, pese a la descripción y todo, en realidad es muy parecido al color de la tinta que él está utilizando.
Ahí se juntan las dos cosas: la tinta, el acto de la escritura, y el acto de la evocación de Allison.

Presentación de la novela. Foto: Facebook del autor

En su primera novela, Jorge Alberto Gudiño presenta un personaje que, aunque situado en la época de la fiebre del oro en el lejano oeste norteamericano, tiene preocupaciones y características del hombre contemporáneo.
Las personas comunes estamos muy lejos de ser como los héroes de la literatura, más bien tenemos vicios, tenemos defectos, tenemos incapacidades y contingencias, y Jonathan sí es muy falible en ese sentido.

Jorge Alberto no duda en su respuesta cuando le pregunto si su novela es una historia de amor.
Yo creo que de amor frustrado, más que de amor. Es una historia en la que todos los protagonistas sufren penas de amor.

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