De cómo escribir una novela escuchando reggaetón. Entrevista a L.M. Oliveira


Texto y fotos: Irma Gallo

Para contar la historia de cómo la cocaína se mueve por las calles de la Ciudad de México en Uber, L. M. Oliveira partió de la construcción de su protagonista: Otelo Martínez es un joven de 19 años que, despues de embarazar a su novia y probar vivir en el Infierno, o sea, la casa de sus suegros, comienza a manejar un Uber… y lo demás, es historia.

«Esta novela surgió cuando se me ocurrió el personaje», dice, en entrevista en la cafetería del Centro Cultural Bella Época, en la colonia Condesa.

«Hice algunas pruebas a ver si le encontraba la voz, y salió muy fácil. Entonces, una vez que tenía la voz de Otelo, ya empecé a delinearlas sus aventuras: le va a pasar esto y esto. Y lo curioso es que conseguí la voz de Otelo escuchando el reggaetón, una cosa que no hago mucho».

Este género musical, dice el autor de Resaca (Literatura Random House, 2014), «tiene rima, aliteraciones, cosas que uno no se puede permitir normalmente, pero que con la voz de Otelo funciona».

¿Qué haces a los 19 años, con un bebé y una esposa por mantener, y además unos ladrones le roban los espejos a la camioneta que manejas en Uber? En un momento, Otelo se ve arrastrado por una hermosa rubia a la que llaman La Barbie, y ahí empieza una serie de aventuras que nunca imaginó. Pero, ¿qué tan lejana está la historia de el protagonista de Por la noche blanca de la de cualquier otro joven mexicano de clase media?

«Este país no da oportunidades para salir adelante a un niño de 19 años sin experiencia en nada», dice el filósofo y autor de Árboles de largo invierno. Un ensayo sobre la humillación (Almadía, 2016). «Su papá se lo dijo varias veces. Apenas terminó la prepa, no sabe hacer nada, entonces la unica oportunidad que ve es manejar un Uber y tratar de ver si así sale adelante, cosa que medio le funciona hasta que la desgracia se aparece en su camino».

Portada Oliveira

Aunque durante algún tiempo la Ciudad de México parecía ser la burbuja que el crimen organizado no alcanzaba a penetrar, esta realidad cambió hace algunos años, y se acentuó a partir de que Miguel Ángel Mancera asumiera la jefatura de gobierno. Oliveira confiesa que:

«El ambiente, o la historia que esta detrás de la historia, la fui sacando de la realidad. Por ejemplo, la parte que se cuenta como periodismo, cuando estalla la guerra entre dos bandas, que les cambio el nombre -son los mendigos y los albinos-, de pronto llega un comando y toma un edificio. Me inspiré en el famoso edificio de la calle de Altata. ¿Te acuerdas? que hace un año o dos ya estaba en pleno toda la discusión, gracias a Héctor de Mauleón, de este edificio, que ahorita están demoliendo».

El investigador del CIALC de la UNAM se refiere a un edificio abandonado que, según denunció el periodista Héctor de Mauleón en su columna en el periódico El Universal, servía para actividades ilícitas como narcomenudeo, además de que quienes lo habían ocupado asaltaban a los transeúntes.

Por la noche blanca está publicada por Ediciones B.

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