Foto de portada, video y texto: José Cruz Domínguez
Las lanchas no paraban de trasladar a los pasajeros que iban de la ciudad de Coatzacoalcos hacia Villa Allende. Pelícanos y garzas volaban en busca de ramas para pasar la noche fresca de ese Sábado. Una mujer morena, de pelo largo y negro como su vestido estaba sentada en un pequeño muro a orilla de la banqueta, bisbiseaba a los clientes que de uno en uno salían de un bar, y que pasaban cerca de ella. La claridad de la tarde no ayudaba a la mujer a que algunos hombres atendieran el saludo, a algunos el mareo del alcohol les impedía cruzar la calle y encontrarse con ello y a otros les urgía llegar al embarcadero y abordar la lancha para cruzar al pueblo.
Y la oscuridad fue cubriendo las calles y avenidas, las luces de los comercios estaban encendidas, como la alegría que encandilaba el ánimo de jóvenes y adultos en el café Xcaanda’ (que quiere decir “sueño del alma”, aunque su traducción no es literal, es un vocablo zapoteco).
Y en el contraste con los días de sangre y violencia en el sur de Veracruz, cruje la tarima de madera que canta con el zapateo de una joven morena, de Lizeth, quien baila y versa, sonríe y le da tiempo para cursar una licenciatura, y además ofrece su tiempo para colaborar en “La casa del jaranero” (Centro Cultural de Arte Popular); y en ese ambiente en medio del café endulzado con panela, mujeres y hombres alrededor del piso de tabla, algunos sentados alrededor del centro, otros más en las mesas situadas en el balcón del hotel, escuchaban letras y músicas de lo que se toca en una noche fandanguera.
“Té con té”, grupo de son jarocho conformado por Ulises Xavier González Ramírez en la guitarra de son; Francisco Javier Loya Salomé toca la jarana tercera; en el cajón afroperuano está Bryan Ernesto Cruz Katt y Ricardo Aarón Loya Salomé hace sonar la jarana segunda, y como colaborador especial en esta noche participaron Gabriel Téllez y Norma Lizeth Hernández López, en su mayoría jóvenes habitantes de Cosoleacaque, quienes también son colaboradores del centro cultural “La casa del jaranero”, espacio que fue pensado, entre otras cosas, para la difusión del son jarocho, como lo explicó su director Ricardo Aarón Loya.

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