La palabra de Gabriela: Ecuación de nymphólêptos


Por Gabriela Pérez

Como otras cosas, la manifestación de los dioses tambiés es intermitente. Quizá sea por mi falta de memoria que crece y me extasía la percepción del peligro, del terror que acompaña a esa ola mnbémica. Por lo que sea, pero me abandono a ella hasta el punto de convertirse en la ola, hasta alcanzar los días en que firma las notas enviadas, tanto, que soy parte de su ritmo, soy tan parte de su movimiento que me vuelvo ella.

La historia es larga, tortuosa y difícil. Hay situaciones que se prestan para que cualquiera asuma toda suerte de figuras, cambie camuflajes y mude funciones. A veces mis personajes son inentendibles y secretos, como las recetas de transmutación en los textos de los alquimistas. A veces son mero pretexto, sonoridad evocativa, caricia invicible o mirada cómplice. Sin embargo, casi siempre me invade la sensación de que no se han desarrollado libremente.

Los dioses, en cambio, tienen un desenfrenado espacio. Ellos son mudos, y gracias a eso pueden ser inmortales sin necesidad de existir primero. La imagen pudo restituir a los dioses un simulacro de sus terroríficas ninfas.

Entre sus  cómplices podemos enumerar a Botticelli, Bellini, Bernini, Poussin, Rembrandt, Dossi, Tiepolo y muchos otros genios creadores de nuestros silenciosos y radiantes dioses.

Si tuviera un poder mágico para eliminar las representaciones de los dioses en el arte, sería responsable de un vacío central. Sería responsable de la creación del camino inconexo y esquizoide, de un paraje en cuyo panorama no se asoman nunca ángeles, ninfas, sátiros u otros mensajeros que nos auguraban metamorfosis.

Ninfa Con Piccolo Satiro_Tiepolo
Ninfa con sátiro pequeño. Tiepolo

Cuando le conté que entre los seres mitológicos, sentía particular simpatía por las ninfas, Jack me ilustró: Recuerda, Gab, que Nymphe significa venero de agua, muchacha preparada para casarse. Cada uno de estos significados implica al otro. Y tú, Gab, no sabes nadar y no te casarás nunca.

Todo mundo sabe que acercarse a una Ninfa significa ser presa, quedar poseído, sumergirse en un elemento blando y móvil que puede revelarse, o bien glorioso o incluso funesto. Yo soy un cautivo de las ninfas. Nada es más terrible ni más precioso que el saber que proviene de las ninfas. Pero ¿cuál es la naturaleza de sus aguas? ¿Cómo me explico que cada vez que se me acerca una ninfa vibra lo que otros llamarían epífanía y que yo sólo llamo pensamiento que da vueltas, mejora y por fin se instala en la mente?

Por eso coincido en que el pensamiento domina. La forma, la que sea, lo siguen. Se adaptan, se articulan según su influjo.

En el cumpleaños de Navokov, celebro con él la aparición de su resplandeciente ninfa de nombre Lolita. Humbert Humbert, era un cazador encantado que entra en el reino de las Ninfas siguiendo un par de calcetines blancos y unas gafas en forma de corazón.

¿Cómo reconocer a los Dioses? ¿Cómo reconocer a las ninfas?

No encontrado metáforas adecuadas para colores, sentimientos o sonidos tan tibios, quedan solo dos vías.

  1. Optar por la vía fácil y aceptas o toleras que los dioses existen.
  2. Piensas, estudias, te preparas sin parar y mejoras tu lenguaje hasta encontrar la metáfora o la expresión pura.

Eso es todo. La última nota, signo faltante y punto final de la ecuación perfecta.

La ninfa sorprendida Manet
La ninfa sorprendida. Manet

 

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