Entrevista a Renato Cisneros sobre su novela Dejarás la tierra
Por Irma Gallo
Foto de portada: Armando López
-A mí, el tema familiar siempre me obsesionó. Mi familia siempre me obsesionó, mi familia paterna. De chico, de muy chico, asistí a estas reuniones multitudinarias donde se nos contaban, a los nietos y a los sobrinos más chicos, aventuras épicas del abuelo y del bisabuelo, aventuras que tenían que ver con incursiones en la vida diplomática, periodística, intelectual del Perú.
Con el paso de los años, el periodista y escritor peruano Renato Cisneros se empezó a preguntar porqué se les hablaba tanto de las glorias de los hombres de su familia y tan poco de las mujeres. Así que se puso a investigar, y habiendo escrito La distancia que nos separa, novela que narra la relación con su padre, comenzó la escritura de Dejarás la tierra, una saga familiar que se inserta en la tradición de Gabriel García Márquez, pero también de Juan Rulfo.
-La referencia a García Márquez es inevitable porque Cien años de soledad es la gran saga familiar de esta parte del mundo, de América Latina.
-En paralelo debería decir otra cosa también:
que la familia es un tema muy literario. Tiene una serie de características que hacen que cualquier escritor se sienta muy tentado a escribir sobre su familia, sobre la familia en la que ha crecido. La familia es un sistema, es una organización, que tiene un punto de autoritarismo en sus dinámicas.
-Uno puede llevarse muy bien con su familia o no, pero la dinámica de una familia es autoritaria y la literatura se rebela contra el autoritarismo, por más sutil que este sea.
Es 1828. En Huánuco, un pequeño pueblo peruano, Nicolasa Cisneros tiene un bebé, fruto de su romance con el padre Gregorio Cartagena. Como tiene que ocultar la paternidad del sacerdote, inventa un padre ficticio, Roberto Benjamín, para este y los otros seis hijos que tendrá con Gregorio. Así empieza la novela de Renato Cisneros, que es una búsqueda de la identidad.

-Yo aprendí a admirar a los hombres de mi familia por los relatos que me llegaban desde que yo era chico, pero investigando, lo que terminé corroborando es que las verdaderas heroínas de mi familia, como de cualquier familia latinoamericana, son las mujeres.
-Esa primera generación de hijos bastardos, hijos de un cura que no los puede reconocer, crecen con una gran pregunta en la cabeza: ¿quién es nuestro padre?
-Y al mismo tiempo el país también empieza a gestarse como República con un gran enigma en la cabeza: no saben si San Martín o Bolivar es su libertador, no saben si deben dejar de ser un virreinato, sí deben dejar la dependencia de La Corona española, no saben qué cosa es la peruanidad.
-A mí me fascinan esas historias, cuando la gran atmósfera nacional de alguna manera termina penetrándose en las dinámicas privadas.

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