Por Concha Moreno
Oprah. La ubican, ¿cierto? Actriz, conductora. Influyente. Una voz insoslayable sobre todo en Estados Unidos. Lo que Oprah recomienda, se vende.
Oprah Winfrey tiene un famoso club de lectura. Escoge libros que ella considera relevantes y los comenta y luego, ¡zaz!, el maldito libro se convierte en un bestseller, muchas veces inclusive en un longseller, es decir un libro que sobrevive por reimpresiones y reimpresiones. A nivel pop, una recomendación literaria de Oprah es más poderosa que una reseña en The New Yorker.
Sucede que hace cosa de unas semanas, a la señora Winfrey se le ocurrió recomendar un libro «sobre la realidad de ser inmigrante mexicano en Estados Unidos». La novela se llama American Dirt, título que puede traducirse como «Suelo americano» o, si nos ponemos mala leche, «Mugre americana».

Y entonces, Cancerbero dejó salir a todos del infierno.
Escrita por Jeanine Cummings, una escritora blanca– y en este caso el color sí importa–, American Dirt trata del periplo de una mujer de clase media que de pronto se ve obligada a huir a tierra estadounidense, tierra de libertad. Porque México es páramo ingrato donde solo hay narcos y el único modo de sobrevivir es escapar.
OK.
Miren, no me malinterpreten. Estoy dispuesta (y me imagino que ustedes también) a ver la situación de mi país desde puntos de vista críticos y provenientes de la otredad. Después de todo, en el drama de la inmigración, los estadounidenses son la otra mitad del cuento.
Esta es la cosa: en términos puramente lectores, American Dirt no es una mala novela. Los personajes están bien definidos, la trama se sostiene más o menos bien y es entretenida. No mentiré si les digo que la leí en un par de sentadas. Es un libro que miles de mujeres gringas se llevarán a la playa.
Pero la bronca es que es un libro realmente ofensivo si uno es mexicano o tiene una idea, no ya completa, sino medianamente cercana de la situación mexicana y de lo migrantes que cruzan nuestro país mordiéndose las tripas para llegar a un país donde no los quieren pero al menos podrán comer.
American Dirt es una novela por completo inverosímil. La protagonista es una mujer de clase media que, por razones absurdas, tiene que abordar a La Bestia. Cualquiera con dos segundos de realidad mexicana sabrá que La Bestia es la opción de los más pobres y víctimas del destino, no de señoras blancas que más bien se comprarían un boleto de avión a Houston si tuvieran que largarse.
Y los malditos colores.

Regresamos al asunto de la raza. Cummings, la autora, se lee como una voz irritante que trata de explicar una cultura que no conoce y que ni siquiera respeta. Desde su «blanquitud» se sienta un banco alto y cuenta una historia que es un baile de máscaras detrás de las cuales no hay ningún rostro verdadero. La mugre americana apesta.
Creo que American Dirt tiene tres púbicos principales: mexico-estadounidenses de tercera o cuarta generación totalmente asimilados por la cultura gringa que quieren una especie de canto a sí mismos, una épica de su pasado familiar; whitexicans que se sentirán identificados con la protagonista y limpiarán sus culpas sociales leyendo el libro («Lo recomendó Oprah, goooei») y, finalmente, estadounidenses que no tienen mucha idea de lo que es México.
O sea, gente que nos ve con distancia. Así es este libro: una mirada lejana y miope de un problema que es indescifrable para la autora.
Soy Concha. Nos vemos en el próximo libro.
Deja una respuesta