La cronista mexicana abrió las actividades de la Escuela de Verano con una charla sobre Periodismo y Coronavirus en América Latina
Por Irma Gallo
«La cobertura de la pandemia en América Latina ha sido mala», dijo Alma Guillermoprieto, cronista nacida en México pero avecindada en Colombia, en una charla virtual con el Dr. José Celso Garza, Secretario de Extensión y Cultura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, «porque la mayoría de los reporteros no están en la calle; además, los medios están enfrentando una crisis importante».

«Los medios han sufrido pérdidas espantosas en este tiempo. Si ya estábamos en crisis con la viabilidad económica de los medios, ahora más. ¿Y qué sucede con esto? Que volvemos a constatar una y otra vez que cuando no estamos hacemos falta. Cuando no estamos se cometen crímenes a espaldas de la sociedad. Acá en Colombia cuando no estamos el asesinato de líderes sociales no para –tenemos en este momento el número más alto de asesinatos de líderes sociales en las comunidades–; eso que se puede visibilizar cuando hay medios activos ahora se hace a espaldas de la sociedad y con absoluta impunidad».
Sin duda esta crisis ha impulsado la creación de nuevos medios, porque «el mundo sigue clamando historias narradas para reconocerse a sí mismo», dijo Celso José Garza, y preguntó a la autora de La masacre del Mozote su opinión acerca de estas iniciativas.

Narrar, contar historias. Para la periodista que un día fue bailarina en Nueva York y Cuba, eso es lo que nos hace humanos:
Sé quién soy porque me puedo contar la historia de lo que he vivido.
Alma Guillermoprieto
«Narrar nuestra vida es importante para nosotros como individuos pero para entender el mundo están los reporteros que narran. Siempre he confiado no sólo en el talento sino en la enorme energía y la voluntad que tienen las personas que eligen este oficio. Quien elige este oficio no es por hacerse rico, ciertamente, y no es por vivir una vida cómoda», respondió la ganadora del Premio Princesa de Asturias 2018.
«El problema es cómo, en los últimos 20 años, hacemos rentable este oficio nuestro», advirtió. «¿Cómo monetizar esta pasión para que se traduzca en un sueldo digno? Seguimos en esto. El valor de la reportería es entender. Para eso se necesita tiempo: el tiempo de la reflexión y el tiempo de escribir. Eso que hace la crónica es particularmente no rentable. Son muy pocos los que pagan por tener al final de seis meses una crónica sobre la desertificación del Valle de México».
El valor de la reportería es entender. Para eso se necesita tiempo: el tiempo de la reflexión y el tiempo de escribir.

Las luchas feministas ¿en pausa por la pandemia?
Alma Guillermoprieto no bromea del todo cuando dice que fue «una jugada del diablo» contra el movimiento feminista en América Latina el hecho de que «las últimas manifestaciones fueron el 8 de marzo, y hay quien especula que las tasas de contagio fueron altas en esos días».

Sin embargo, está segura de esta «rabia poderosa» no se detendrá porque «las mujeres aprendimos a reconocer nuestra propia rabia, a sentirla y a ejercerla», y que a pesar de que «el patriarcado ha decidido que somos violentas, ¿violentas por pintar un graffiti?» –se pregunta en voz alta–, «esta ha sido la revolución más prolongada y menos violenta del mundo».
El feminismo existe a partir de que una mujer se cuenta su vida de una manera diferente; esto es un poco también empezar la revolución.

El confinamiento y el control de masas
Guillermoprieto no es ingenua; años de ejercer el periodismo le han afinado el olfato. Tampoco es que sea pesimista, simplemente observa la realidad –su materia prima– y dice lo que ve, así sin tapujos:
«Existe el gran peligro de que el confinamiento sea un mecanismo de control de masas en Brasil y existe con nuestra alcaldesa (Claudia López Hernández, de Bogotá) que es muy chévere, pero que ha puesto cámaras en todos lados. Con los medios y la tecnología actual hay un grave peligro de que la cuarentena y el virus en general sirvan de pretexto para un mayor control, como se ha visto en China. Es muy claro lo que ha sucedido en China y es un mecanismo de control de masas».

¿Y después de la pandemia, qué?
Yo creo que una gran lección que nos ha dejado ha sido que sin el capitalismo depredador y de desecho, la vida prospera.
Pero, «¿se guardará esa lección?», se pregunta la autora de Desde el país de nunca jamás (2011).
«No sé qué tan rápidamente se olvide esta experiencia, pero podría ser un cambio muy positivo», se responde, aunque en seguida –reportera a fin de cuentas–, advierte: «pero lo que le espera a América Latina y al mundo económicamente va a ser muy duro y tenemos que estar conscientes de esto».
La última frase de Alma Guillermoprieto, quien en 2011 publicó el libro The Heart That Bleeds: Latin America Now (El corazón que sangra: Latinoamérica hoy), es sin embargo, esperanzadora:
Están muriendo patrones civilizatorios, pero también se están creando cosas nuevas. Es una gran oportunidad.
