Claudina Domingo y su viaje onírico


Por Irma Gallo

De entrada puede parecer difícil la lectura de La noche en el espejo (Sexto Piso, 2020), la novela más reciente de Claudina Domingo. Para empezar, una se pregunta si, en efecto, se trata de una novela y no de una colección de cuentos. Finalmente, su libro anterior, también publicado por Sexto Piso, fue de relatos (Las enemigas, 2017).

Pero Claudina tenía muy en claro que este libro sería otra cosa:

«Siempre quise escribir una novela que abarcara el mundo onírico, el mundo de los sueños, o más bien algo, no necesariamente una novela: un libro. Pero me parecía difícil; no sabía desde dónde podía agarrar algo así. Y en una ocasión tuve una epifanía, en realidad fue un sueño, que es la primera parte del primer capítulo. Supe que esa era la vía para generar esta narrativa que aunque no es una narrativa lineal, no es una novela lineal, no se perdiera del todo. Que tuviera una cohesión como para poder llamarla novela».

Así se empezó a fraguar La noche en el espejo. Un viaje onírico inspirado en la entrañable Alicia de Lewis Carroll. La del país de las maravillas y la del espejo, por supuesto:

«Tenía que plantearme a qué ser leal. Quise ser leal a la lógica onírica, a la lógica del sueño, y en ese sentido no sólo la travesía a lo largo del sueño es cambiante, sino que además, como también había una intención de hacer una especie de reescritura, de tratamiento, a partir de Alicia en el país de las maravillas, de alguna manera tenía que existir esta travesía extravagante en donde se van dejando atrás las atmósferas y los espacios conforme el personaje avanza».

Fue esta intención de reinterpretar el clásico de Lewis Carroll, lo que impulsó a Claudina Domingo a imaginar escenarios coloridos, alucinantes, incluso psicódelicos, para desarrollar las aventuras de su protagonista, una mujer que no se sabe a dónde va, pero que en el trayecto se transforma y se encuentra con los personajes más extraños:

«Necesitaba ser muy visual todo, justamente para poder tener esta congruencia hacia el material, es decir, hacia los sueños, tenía que ser algo muy sensorial y muy visual. Y esta idea que efectivamente fue como una revelación o un hallazgo onírico de cómo comenzar a armar este personaje me llevó a un tema que me gusta mucho tratar en la literatura, sobre todo en la narrativa, que es el de la confusión y el de la mentira, el engaño. Ese es un motivo muy importante en el desarrollo de mi narrativa: los personajes que uno no sabe si están conscientes de que mienten, de si están engañados, están confundidos o mienten descaradamente».

Mujeres y hombres, todos los personajes de La noche en el espejo obedecen a determinados arquetipos, nos dice la escritora:

«El primero, el Gordo, es una especie de mecenasE. se personaje es un arquetipo de un hombre que la protege económicamente.

«Luego está un hombre joven; ella piensa que ella también es una mujer joven y resulta que ya es una anciana. Porque además hay unos retrocesos; entonces no está claro qué edad tiene: a veces es vieja y a veces es niña. Y este joven es el arquetipo del deseo, el arquetipo del efebo.

«Y luego está un hombre que es como el sabio porque es el que cuida un museo. Y aunque no tiene una relación carnal está representado como el hombre sabio, el hombre que está cuidando la memoria y la historia.

«También está el arquetipo del amor perdido, que es este otro individuo con el que ella recorre las calles de la Ciudad de México, del que ha observado que trae el cinturón sobre la piel desnuda, que la mete a un mundo fantasioso. 

«Los hombres en la novela tienen arquetipos afectivos; en el caso de las personajes femeninas son arquetipos totémicos: la pitonisa que es como una serpiente, la madre que es la muerte. Tienen una carga más compleja y más mitológica los personajes de mujeres en la novela».

Si Alicia en el país de las maravillas hablaba un conejo que siempre tenía prisa y consultaba el tiempo en un reloj de bolsillo, y con un gato que se diluía en una sonrisa burlona flotando en el aire, la protagonista de La noche en el espejo se cruza con personajes igual de absurdos: hombres y mujeres, arquetipos del deseo y la mitología, harán su viaje más extraño. Como los sueños: por momentos angustiante, por otros, luminoso.

Si quieres ver la entrevista que le hicimos a Claudina Domingo, acá te la dejamos:

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