Por César Mundaca
Nunca quise consolidarme como el eje de nada, ni de nadie. Nunca anhelé comandar una tropa.
Solo quería servir como un soldado más
a la ambiciosa causa lectora
y concretar el objetivo que nos habíamos propuesto.
Sin embargo, sucumbí ante las taras ajenas.
Los obscenos personalismos de ciertos cabos,
fracturaron, con el tren de los meses,
la noble compenetración,
la naciente mística compañeril.
El arrogante silencio ulterior, encarnó, sin duda alguna,
una injusta reprimenda contra mis legítimas aspiraciones de cambiar lo establecido.

César Mundaca
Nací en Lima, Perú, hace treinta y dos años. Soy abogado de profesión y egresado del Taller de Escritura Creativa de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y del Taller Escribir y Emocionar del Fondo de Cultura Económica (FCE). He colaborado con la Revista Pasacalles (Colombia) y el portal literario La Libreta de Irma (México). Actualmente, escribo para la Revista Culturamas (España). Además, cuento con mi propio blog llamado Miscelánea (www.miscelaneamundial.wordpress.com). Mantengo un especial interés por la historia y la política hispanoamericana. Mi frase favorita es una que se le atribuye a Einstein: “No tengo ningún talento en especial, sólo soy apasionadamente curioso”.
A veces es complicado no sucumbir ante la tentación que deslumbra, aunque muy probablemente lo haga con un brillo falso.
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