Por Mónica Maristain
Aura García Junco recrea la estructura fragmentaria, pensando como pensaba hace 40 años Margo Glantz, que ese libro que estaba haciendo no lo iba a publicar nadie. Sin embargo, Tierra Adentro hizo lo propio y esta historia de aparatos que leen los astros, vapores hirvientes, manuscritos secretos e inventores enloquecidos, vio la luz y sacudió sobre todo a los lectores más jóvenes.
Leer Anticitera, artefacto dentado (Tierra Adentro) es meterse de lleno a un experimento con las palabras y es al mismo tiempo volver a la literatura del siglo XIX, con sus héroes, con sus maquinarias encendidas, con esas cosas que pergeñó probablemente en uno de los siglos más creativos de la historia.
Aura García Junco recrea la estructura fragmentaria, pensando como pensaba hace 40 años Margo Glantz, que ese libro que estaba haciendo no lo iba a publicar nadie. Sin embargo, Tierra Adentro hizo lo propio y esta historia de aparatos que leen los astros, vapores hirvientes, manuscritos secretos e inventores enloquecidos, vio la luz y sacudió sobre todo a los lectores más jóvenes.
A partir de la configuración de una ficción consciente y honesta, como ya se anuncia desde el epígrafe que abre la novela, el lector se adentra en un universo imaginativo con reminiscencias a las leyendas antiguas y los referentes clásicos. Ahora bien, ¿esto es una novela o es el encuentro de la poesía con las maquinarias? ¿Importa que sea una novela o un material inclasificable donde jugar esencialmente con las palabras, que es lo que a la autora más le gusta?
La escritora contesta que “la parte de la poesía más que una intención fue la manera en que me interesa acercarme a la narrativa, desde una exploración del lenguaje que se parece a la poesía”, afirma.
No hay género, hay estructura fragmentaria: “relatos individuales que componen un conjunto, funciona a su vez como un sistema solar o, mejor dicho, como los engranajes de un artilugio complejo. Así, cada capítulo, aunque en apariencia independiente, es una pieza más que gira alrededor de una sola historia: la del artefacto capaz de predecir el movimiento de las estrellas y los planetas. Inspirada en aquellos maravillosos objetos inventados en la antigua Grecia, esta narración es también un mecanismo de relojería”, dice la editorial.

“Si es una novela o no, como dices no creo que sea un cuestionamiento que diga mucho en sí mismo, habla más de mercado que de otra cosa. Yo empecé a escribirla como una serie de cuentos, es un libro que vive en el límite de varios géneros”, agrega.
“No hay acercamientos a la cultura clásica y siento que la sensación siglo XIX viene un poco de ahí, porque hemos abandonado esos temas y un poco esos personajes. Cuando la educación era básicamente clásicos”, expresa.

Hablar del siglo XIX contestándole con un libro sin género, muy actual. Como si explotaran las dos culturas. “Esa es una de las primeras preguntas que tuve cuando terminé el libro, hay cosas que podrían ser anticuadas que están tratadas de una manera muy contemporánea, esta cosa de literatura fragmentaria, un libro sin género, hay un choque efectivamente entre esas dos cosas. Para mí es un libro que es muy ñoño por el tema y muy posmo por la forma”.
“Para acercarse a la presente novela, no hace falta ser alquimista ni pionero de la técnica y la ciencia, ni tampoco anticipar las posiciones astronómicas, pero si tener una mente abierta. Al igual que Arquímides imaginó instrumentos que recreaban el momento en que “el sol y la luna bailan en una partitura perfecta, matemática, de proporciones y doblajes”, en estas páginas los elementos ancestrales se reinventan”.
Publicado originalmente en Maremoto Maristain:

Mónica Maristain. Nació en Argentina. Desde el 2000 reside en México. Estudió en la Universidad de Filosofía y Letras. En Argentina dirigió las revistas Cuerpo & Mente en Deportes y La Contumancia. Aquí dirigió la revista Playboy, para todo Latinoamérica. Fue editora del Universal y editora de Puntos y Comas. Ha publicado muchos libros, entre ellos los de poesía: Drinking Thelonious y Antes. Los dedicados a Roberto Bolaño, entre ellos El hijo de Mister Playa. Prepara su libro sobre Daniel Sada: El hombre que sabía bailar.
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