Por Mónica Maristain
Foto de portada: chidasmx
El primer libro fue un gran éxito y nada hace pensar que este Tsunami 2 (Sexto Piso) vaya a caer en el olvido, puesto que en la pandemia los abusos han evolucionado y muchas mujeres no saben para dónde ir.
Gabriela Jáuregui dice que hace siete años que está escribiendo una novela, pero los tsunamis la han invadido, en uno de los pocos libros que trata de explicar el feminismo (los feminismos), el #metoo, las luchas de las mujeres por tratar de responder a ese patriarcado sobre el que está puesto el mundo.
El primer libro fue un gran éxito y nada hace pensar que este Tsunami 2 (Sexto Piso) vaya a caer en el olvido, puesto que en la pandemia los abusos han evolucionado y muchas mujeres no saben para dónde ir.
Empezamos discutiendo con Gabriela, en un tema polémico, ¿El feminismo es una edad? ¿Aprendemos a ver la lucha de las mujeres de acuerdo a los años que tenemos? ¿El aborto legal, las miles de discusiones en torno a morigerar el poder de los hombres, son sólo fruto de las mujeres jóvenes?

¿Cómo respondemos? ¿Con la voz entrecortada? ¿Con el cuerpo? ¿Con la lata de aerosol? ¿Con un coctel molotov? ¿Con toda nuestra rabia? ¿Con nuestra inteligencia? ¿Con todo lo que tenemos y somos? ¿Cuántas formas posibles de respuesta hay? Son la cantidad de preguntas en las que se asentó este libro coordinado por Jáuregui.
Escriben Marina Azahua, Lydia Cacho, Dahlia de la Cerda, Diana del Ángel, Lia García (La Novia Sirena), Valeria Luiselli, Fernanda Latani M. Bravo, Luna Marán, Sylvia Marcos, Ytzel Maya, Brenda Navarro y Jumko Ogata, en voces que “cuestionan el amor tradicional entre una hija y su madre, las relaciones posibles y el deseo en una comunidad zapoteca; reflexionan sobre las historias que nos han contado sobre la identidad, sobre los cuerpos normados, las periferias, las disidencias; se preguntan por las luchas de izquierda que hacen jerarquías entre los cuerpos, por la sororidad entre unas a costa de otras; cuestionan nuestra participación en el juego de la estupidez desde la valentía adolescente; se duelen por el extractivismo que penetra nuestros cuerpos-territorios; ponen en entredicho las teorías racistas, clasistas y discriminatorias de ciertas manifestaciones radicales del feminismo, e imaginan las posibilidades de un futuro alegre después del hartazgo y el dolor, desde las perlas-cicatriz o los monumentos vueltos archivos íntimos, y las voces que la historia quiso borrar hablan fuerte y claro. Escriben para un nosotras que se vuelve un bosque de mujeres —metáfora potente de la diferencia y la equidad—. Porque si el feminismo y las luchas de las mujeres no son de todas y para la emancipación de todas entonces no son para ninguna”.
“Desde que hice el primero ya tenía muchas ganas de hacer el segundo y el tercero, al contrario, el proceso de edición fue muy fácil, encontrar mujeres interesantes, inteligentes, que tienen cosas importantes que debemos escuchar. Lo único difícil era quién sí y quién no. No quería hacer un libro que fuera una antología así de gorda y que costara muy caro. Quería un libro que no fuera un gran lujo, que fuera fácil de comprar y desde el principio el tsunami eran muchos tsunamis”, asegura Gabriela Jáuregui.
El feminismo son muchos feminismos.
“Para mí era importante reflejar que el feminismo no era uno solo, no hay una forma de vivir, de militar y que además de todo es que hay mujeres que están defendiendo los derechos de las mujeres en formas paralelas a lo que conocemos como feminismos y que no se nombran ni siquiera feministas”.
“Me parecía importante que las luchas de las mujeres no siempre se nombran feministas, pero sin embargo ahí están”, expresa.

En el prólogo, Gabriela habla de la pandemia, del #metoo mexicano, en ese sentido es importante preguntar la polémica generada alrededor de este movimiento. En una relación siempre hay dos, no siempre hay uno solo. ¿Cómo es el #metoo?
“Creo que hay varias cosas que se han analizado y repensado desde los distintos #metoos, porque los contextos son muy distintos en México como en los Estados Unidos. Las repercusiones, los orígenes, las formas, son muy distintas aquí, donde hay una total impunidad. Me parece que las reflexiones post #metoo también fueron diferentes. En un país donde impera la impunidad, no es como que las declaraciones se llevan a lo legal y no afectaron ni la carrera ni el éxito de los denunciados”, afirma Jáuregui.
“Creo que la reflexión es interesante cuando vemos desde dónde se construye la justicia y la reparación que no sea punitivista. No somos la policía de nadie. El sistema judicial es racista y clasista, tanto en los Estados Unidos como México”.
“¿Hay reparación posible?, esa es una pregunta también interesante, más allá del impulso a tener que decir esto o aquello. Frente a lo que tú dices que en una relación se necesitan dos, siempre hay relaciones de poder, hay algunas que son más parejas, donde se necesitan dos para entrar en dinámicas tóxicas, pero hay otras donde el poder es muy desigual y se necesita un alto grado de violencia, hay mecanismos muy bien documentados, de aislamiento, dinámicas de las que son muy difíciles de salir. Es muy complejo generalizar y depende mucho de la inequidad en la pareja. Además, no siempre son relaciones de pareja”, afirma.

Una alabanza con respecto al #metoo tiene que ver con un caso personal, cuando se dieron todas esas denuncias se me corrió la ventana y vi los años de abuso de mi jefe, algo que yo no veía mientras trabajaba ahí. Recuerdo que cuando salí de la empresa, un hombre con el que había trabajado me pregunta: ¿Cómo anda el abusador? ¿Puede ser que uno no vea los abusos, ni para uno ni para la otra (hubo un caso terrible en la que la chica que era mi compañera se fue de un día para el otro por haber sido abusada por mi jefe), en los que está metido?
“El nombre #metoo es bastante interesante. Algo que yo no veía, algo que yo había normalizado, de pronto no está bien, no es normal y yo también lo he padecido. Lo que acabas de decir tu jefe, el abusador. Fue un momento importante, que no se termina, una vez que se abren esas compuertas, ya no se miran las cosas de la misma forma. Los abusos suceden cada vez menos, afortunadamente”, dice.
Los suicidios tuvieron que ver e hicieron que se parara el #metoo en redes.
“El suicidio es un tema complejo, que rebasa completamente el #metoo. Es otro acto de violencia contigo y con tu entorno. Los que se suicidan hacen su último dato de control sobre su entorno. Es muy sensacionalista y poco serio acusar al #metoo de hacerlo como que alguien se suicide. Los medios lo volvieron como muy cómoda y amarillistamente, en el sentido de las locas del #metoo provocan suicidio”, afirma.
Publicado originalmente en Maremoto Maristain:
https://monicamaristain.com/no-somos-la-policia-de-nadie-gabriela-jauregui-autora-de-tsunami-2/

Mónica Maristain. Nació en Argentina. Desde el 2000 reside en México. Estudió en la Universidad de Filosofía y Letras. En Argentina dirigió las revistas Cuerpo & Mente en Deportes y La Contumancia. Aquí dirigió la revista Playboy, para todo Latinoamérica. Fue editora del Universal y editora de Puntos y Comas. Ha publicado muchos libros, entre ellos los de poesía: Drinking Thelonious y Antes. Los dedicados a Roberto Bolaño, entre ellos El hijo de Mister Playa. Prepara su libro sobre Daniel Sada: el hombre que sabía bailar.
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