Por Concha Moreno
(Foto de portada: The Arts Desk © Parisa Taghizadeh)
Todavía no tengo 40 años y ya siento que la literatura me alcanzó. Es algo extraño, incómodo y también cómico: un día, el futbol me alcanzó, después el beisbol y ahora la literatura. Me explico: cuando era adolescente y leía o veía deportes, todos los involucrados, desde el referí y los jugadores hasta la mayor parte del público me parecían señores muy serios. Y tenían esas edades inexplicables, 25, 30, casi 40 años. Jaja, ancianos, el futuro es mío.
Y empecé, claro, a cumplir años. Y de pronto ya tenía la edad de los jugadores. Y de pronto ya tenía la edad de los cracks a los que las selecciones llevan a los mundiales como «símbolos» para mantener la moral alta en los vestidores. Mi moral se mantendría bien alta si me dejaran entrar a los vestidores de, digamos, la selección de Italia, pero me desvío.
Les digo, los deportes me alcanzaron, hasta el beisbol, donde los jugadores son más longevos. Ya tengo la edad de los veteranos.
Pero con la literatura es otro el asunto. Si bien es cierto que pasé la edad de Raskólnikov hace muchos años, lo cierto es que la mayor parte de la literatura (al menos la que yo leo ya de adulta) trata de personas muy serias y muy mayores.
Hasta hoy, cuando Nick Hornby me traicionó. Nick, te amo, pero no te perdonaré nunca haber aventado a una crisis de la mediana edad de manera temprana.

De nuevo tengo que explicarme, me choca, pero a veces soy nebulosa y distraída… ¿alguien vio el juego de Pumas? ¿Vieron que ganamos? Será una buena temporada, jaja… Digo, nada. Estaba en esto: Nick Hornby acaba de publicar la novela Just Like You en la que la protagonista es una mujer de ¡42 años! que se liga a un cuate de 22 y resulta que ella ya es una señorona cougar. Ahora resulta que haber nacido en los 80 ya lo arroja a uno a la lista de las ñoras. Voy, voy.
Lucy ha vivido su vida como un guion: fue a la escuela, se graduó en una carrera que a todos gustó, se casó con un hombre de su círculo y tuvo hijos en los sus 30. Trabaja en una escuela pública en el centro de Londres, donde es maestra de literatura inglesa.
A sus 42 años acaba de dejar a su esposo porque sus adicciones ya son intolerables. Metió cocaína a la casa familiar, ese fue el punto de quiebre. Lucy, pues, está en plena crisis de los 40. Y entonces conoce a Joseph.
Joseph trabaja en la carnicería local en la que compra Lucy. 22 años, atlético, de clase trabajadora y de color: justamente lo que Lucy no conoce. Y sin que ninguno sepa exactamente quién dio el primer paso (bueno, sí saben pero no lo voy a quemar aquí), acaban teniendo sexo.
En Just Like You Nick Hornby hace un serio, aunque totalmente cálido y nada solemne, estudio de clase. En años recientes ha saltado a la agenda internacional el asunto de que vivimos en cavernas llenas de ecos: nos juntamos con personas que piensan lo mismo que nosotros, solo escuchamos repetidas a muerte nuestras mismas ideas y por eso estamos muy seguros de que nos asiste la razón. Y cuando nos encontramos con la otra parte pensamos que se tratan de radicales cuya opinión es minoritarias. Y de pronto, zaz, la democracia nos da un golpazo de realidad.

Hornby ubica su novela en 2016, pleno debate del Brexit en Gran Bretaña. ¿Vas a votar dentro o fuera?, esa es la pregunta que se oye por todo Londres. Lucy y sus amigos van a votar dentro, por supuesto, la clase media ilustrada es aficionada a la idea de la Unión Europea. No conocen a nadie que vaya a votar fuera, por los dioses, eso es de racistas y xenófobos. ¿Y tú, Joseph, cómo vas a votar?
Hornby pone en la voz de Joseph la postura más honesta: no saber. No saber es delicioso, uno puede relajarse y observar, preguntar, charlar, simplemente ser ignorante y dejarse sorprender. Los padres de Joseph van a votar fuera. Sin ponerse sentencioso, Hornby explica sus razones. La generación de Joseph no sabe ni entiende, piensan que el asunto es solo para señores. A través de Lucy conoce una cierta manera de pensar que le resultaba arcana antes de conocerla. Por cierto, Joseph votó por quedarse adentro y quedarse afuera. Sí, votó por las dos opciones y anuló su voto. ¿Cuántos en México no hemos hecho lo mismo? I feel you, Joseph.
Just Like You no es la mejor novela de Nick Hornby ni de lejos, pero como ya he dicho antes en La Libreta, Nick, mi amigo Nick (yo así lo siento, déjeme, sus libros me han acompañado por más de 20 años), tiene la virtud de la ligereza y la cercanía. Los personajes de Hornby se sienten reales, aunque no son necesariamente tridimensionales. Son muy simples, pero la simpleza no siempre un error. La novela se lee en un par de días y uno sale de ella con ideas y sentimientos. ¿Qué más se le puede pedir a un libro?
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