Uno pone, los libreros disponen: lo que pienso leer este año

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Por Concha Moreno

Foto de portada: Ugur Akdemir en Unsplash

Dice la crítica booktuber Nora de la Cruz que hacer planes de lectura permiten leer con más orden y que la pila de los «por leer» no se vuelva interminable. A saber, la verdad es que yo, vergüenza de Marie Kondo, soy una acumuladora. Verán, tengo esta fantasía de que los libros me hablan y me piden que los recate, que les de un hogar. Soy como niña en tienda de mascotas: mira, mira, quiere que sea su mamá. Amárrenme y métanme al Fray Bernardino.

Tengo una pila de libros de mi tamaño en el buró. Exagero pero poco. No soy tan ordenada como para hacer un plan detalladísimo, así que haré algo más pequeño: una selección de los libros que, sí o sí, leeré cada mes. Doce libros de los cuales espero hacer reseña aquí en La libreta. Les comparto mi lista del primer semestre del año. Si no cumplo con los objetivos, les doy derecho a reclamarme y patearme de manera virtual.

Enero: Crossroads, Jonathan Franzen. Ya les he hablado de Franzen. Su novela The Corrections es la mejor mirada a los Estados Unidos antes del 9/11 y Freedom, su obra maestra, es un gran retrato de ese país en el siglo XXI, un país confundido, mirándose a sí mismo en un espejo cruel. Ahora Franzen con Crossroads explora su propia adolescencia en los años 70 en una comunidad suburbana de Chicago, una clase media que oculta tormentos y que vive en una fantasía de media verdades. Es la primera entrega de una trilogía ambiciosísima en la que el autor quiere definir la vida en el corazón estadounidense en los últimos 50 años.

Febrero: Feliz año nuevo, Rubem Fonseca. Conozco al Fonseca de las novelas policiacas protagonizadas por Mandrake, el abogado criminalista que resuelve misterios que dejan patidifusos a los policías más curtidos. Fonseca es un maestro del humor pasado de lanza, la violencia y el contar historias que nunca dejan de ser entretenidas. Quiero ahora explorar ahora al Fonseca cuentista y Feliz año nuevo, me dicen, es el mejor salvoconducto.

Marzo: The Library of Legends, Janie Chang. Inicia la Segunda Guerra Mundial y China vive la pesadilla de la ofensiva aérea japonesa. Muchas ciudades han sido evacuadas y Huan Li, una estudiante de la Universidad de Nanking, tiene que caminar miles de kilómetros a la seguridad cada vez más ilusoria del centro de China. Huan no viaja sola: tiene la misión de rescatar a la biblioteca de las leyendas, un milenio de mitos fundacionales de su país recogidos en una colección de libros antiquísimos. Una aventura digna de los Estudios Ghibli, una onda muy El viaje de Chihiro.

Abril: El chivo expiatorio de Hitler, Stephen Koch. Crónica detalladísima de un momento crucial de la historia: noviembre de 1938, el Tercer Reich demuestra su locura sin ambages: sucede la Noche de los cristales rotos, pesadilla en la que se quemaron sinagogas en toda Alemania, se hicieron detenciones en masa de judíos, hubo golpizas, ejecuciones, una carnicería: el inicio de la Solución Final. Y todo justificado por el acto impulsivo de un adolescente judío de 17 años, Herschel Grynszpan. A veces la historia tiene protagonistas inesperados. Koch explora a Grynszpan, personaje olvidado por la historia, pero simbólico: es, en efecto, el primer judío que se levantó en armas contra el régimen de Hitler.

Mayo: El hijo del Capitán Trueno, Miguel Bosé. Durante el encerró pandémico agarré el vicio de las biografías y las memorias, una forma de supervivencia que me permitía creer en un futuro, o al menos en un pasado que pudiera ordenarse metódicamente. Miguel Bosé es consentidazo de la casa, de tal tamaño que si estoy triste pongo su MTV Unplugged y todo vuelve a tener sentido. En sus memorias Bosé cuenta su infancia a la sombra de dos titanes: su madre, la actriz Lucía Bosé, y su padre, el torero Luis Miguel Dominguín.

Junio: Pánico o peligro, María Luisa Puga. Cuatro amigas que viven en la Ciudad de México, animal salvaje al que acarician como quien se enamora de una pantera. Puga busca (re)crear lo que significa ser de esta ciudad, de lo que es recorrer Insurgentes platicando la vida y dejando atrás múltiples maneras de la infancia. Ya lo tengo y me está quemando la manos, lo quiero leer ya, pero calma, pueblo: en junio.

Vamos a ver qué títulos se le van sumando a esta lista de mis anhelos. Uno por mes para darme chance de rescatar más y más libros y hace que la pila del buró crezca hasta el techo. Vete al diablo, Marie Kondo.

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