Por Pedro Paunero El hombre se precipita sobre el lienzo, las manos en garra, el rostro como una máscara de la ira. Lo detienen antes de que pueda dañar la pintura. -¡Almuerzo sobre la hierba! –grita- ¡La orgía de los cínicos sobre las hierbas! Se ha formado una pequeña multitud que abuchea la tela y…