Por Irma Gallo
Era coreógrafo y director de escena. Un día, casi sin quererlo, se encontró con la poesía y ya no la soltó. Es David Attié, y no se resigna a que las cosas sean como se supone que tienen que ser.
«Hace como 15 años un poco inocentemente (aunque siempre he sido un buen lector) quise entrar a ordenar mi lectura. Hay poco tiempo y mucho que leer, así que entré a Casa Lamm a tomar un diplomado de creación literaria y ahí me encontré con la poesía».
En Rincones de metal, dice David, conjunta sus dos pasiones: la poesía y la escritura, por una parte, y la escena, por la otra.
En su segundo libro, Rincones de metal, el coreógrafo, poeta y director de escena recurre a sus raíces judías para entretejer una serie de relatos poéticos en torno a personajes bíblicos.
«Sí cuento 15 historias distintas, mas sin embargo toda la ambigüedad y toda la metáfora con la que la poesía trabaja está siempre presente».
Dos de sus temas recurrentes están presentes en Rincones de metal:
«Por un lado es la cuestión bíblica, por otro lado es la cuestión mitológica, que son los dos puntos de encuentro que creo que están en mí. Por un lado mi judaísmo humanista, por otro lado Occidente».
Concebido originalmente como una pieza multidisciplinaria, David Attié presenta Rincones de metal este jueves 2 de junio con un performance acompañado por la curadora Amanda de la Garza y la poetisa sonora Rocío Cerón.
Deja una respuesta